Estados del agua
Estados del agua
Conocemos sus tres presentaciones, conocidas como los estados físicos del agua: líquido (agua), sólido (hielo) y gaseoso (vapor). Estas son las tres formas en que el agua puede hallarse en la naturaleza, sin que cambie en lo absoluto su composición química: H2O (hidrógeno y oxígeno).
El estado del agua depende de la presión a su alrededor y de la temperatura a la que se encuentre, es decir, de las condiciones ambientales. Por ende, manipulando estas condiciones es posible convertir el agua líquida en sólida o gaseosa, o viceversa.
Dada la importancia del agua para la vida y su abundante presencia en el planeta, sus estados físicos se emplean como referencia para muchos sistemas de medición y permiten así establecer comparaciones con otras materias y sustancias.
El agua es una sustancia inodora, incolora, insípida, de pH neutro (7, ni ácido ni básico). Está compuesta por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno en cada molécula.
Sus partículas presentan una enorme fuerza de cohesión que las mantiene unidas, de modo que posee una importante tensión superficial (algunos insectos la aprovechan para “caminar” sobre el agua) y se requiere mucha energía para alterar sus estados físicos.
El agua es conocida como el “solvente universal”, pues en ella pueden disolverse muchas más sustancias que en cualquier otro líquido. Además, se trata de un compuesto fundamental para la vida, presente de manera abundante en todos los organismos. El agua cubre dos tercios de la superficie total de nuestro planeta.
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